domingo, 23 de noviembre de 2008

SAN FROILAN


RESEÑA HISTÓRICA: DESDE EL SIGLO XIX A LA ACTUALIDAD
Desde el siglo XIX las fiestas de San Froilán han tenido una estructura básica, con una serie de eventos sobre los que se da forma al programa de fiestas. Los actos más importantes nacen bien a raíz de la fiesta religiosa que gira en torno al día de San Froilán, 5 de octubre, y que se celebra ya desde la Edad Media, y los actos que nacen a la par que la feria y como entretenimiento para todos aquellos que acudían a Lugo a vender y comprar. Así a los festejos religiosos que duraban un día se le une a partir del siglo XVIII toda la parafernalia que acompaña a una feria que dura varios días. Lo sagrado y lo profano se unen para dar origen a las Fiestas de San Froilán. En el siglo XIX los actos festivos cobran tal magnitud que la propia feria se programa como uno de los eventos propios de la fiesta. Poco a poco los actos religiosos y la feria irán perdiendo protagonismo a favor de la fiesta, pero seguirán marcando el carácter y la singular estructura que mantiene en la actualidad. Como uno de los pilares de la fiesta fue la feria, ha hecho que las fiestas de San Froilán sea un evento colectivo desde el principio, ya que en su organización participan también instituciones, comerciantes, asociaciones y ciudadanos de Lugo que se preparan para recibir a gentes de todo el mundo. Los primeros festejos son organizados por una comisión de fiestas en la que participa el ayuntamiento como principal impulsor, a la que se suman instituciones y entidades lucenses, así como representantes de los comerciantes y con la que también colaboran los ciudadanos a través de donaciones. El siglo XX el papel del Ayuntamiento se consolida, siendo en la actualidad la Concejalía de Cultura e Turismo la encargada de organizar el programa festivo, aunque aún hoy entidades y empresas lucenses o foráneas, con intereses en la ciudad, ayudan y colaboran con la Comisión de Fiestas, al igual que asociaciones y grupos que en colaboración con el Ayuntamiento organizan actividades paralelas que hoy son ya tradicionales durante los festejos. La organización de las fiestas comienza entre los meses de mayo y junio: se subastan los puestos para las barracas y se gestionan y organizan las actividades sociales, culturales y deportivas. Hasta no hace mucho, cuando las cosas no iban tan rápido y no había las presiones de la sociedad moderna, todo el engranaje de las fiestas se ponía en marcha hacia mediados de agosto o septiembre, de modo que la organización y el programa de fiestas parecía algo más espontáneo que a día de hoy. Además del programa que se publica en la prensa diaria, ya desde el siglo XIX existen también programas de mano, lo que permite a lucenses y visitantes planificar su asistencia a los diferentes actos y diversiones. Precisamente son sus actos y diversiones lo que ha hecho de San Froilán una fiesta única, ya que si muchos han ido variando otros se han mantenido inalterables a lo largo del tiempo. El día de San Froilán y “O Domingo das Mozas” son los dos días grandes de la fiesta. También son tradicionales el pulpo, las barracas, los paseos, las actividades culturales, los actos deportivos, la recuperación y difusión del folclore gallego y las verbenas. También tradicional es la proverbial hospitalidad lucense que dedica un día de sus fiestas a una ciudad en especial y que se traduce, por ejemplo, en el ya tradicional “Día de Ferrol”. El programa de fiestas ha mantenido esta estructura, aunque amoldándose a cada momento y circunstancias de la época. Los conciertos, la cultura, el deporte, la gastronomía y la diversión se dan la mano durante unos días en Lugo. Comienza la fiesta con el pregón, el cohete desde el balcón del ayuntamiento. No faltan los gigantes y cabezudos, las dianas y alboradas. Los paseos por los puestos y atracciones, juegos para niños y adultos, conciertos, actividades deportivas, actos culturales, la fiesta gallega y las verbenas. Siempre lo mismo pero siempre diferente. La ciudad cambia, se transforma para recibir a los visitantes. Se iluminan las calles, los edificios emblemáticos, los puestos, atracciones y barracas toman las calles. La fiesta, como la ciudad, ha ido creciendo, desde su primer emplazamiento en San Roque y en la Plaza Mayor, y ligada a la feria, ha ido tomando las calles de la ciudad, cambiando su ubicación teniendo cada vez un tamaño mayor y ganando en calidad. Gente de toda Galicia acude al San Froilán, convirtiéndose en la fiesta más populosa e importante de la Comunidad Autónoma. La mejora de las comunicaciones dio el impulso definitivo a fiesta. La inauguración del Camino Real en el siglo XVIII, la llegada del primer tren a Lugo, los primeros autobuses, y las modernas autovías han hecho que cada año haya más atracciones y visitantes. Las ferias y fiestas de San Froilán han sido desde su inicio una forma de acercar Lugo a gentes de otros lugares. Si en un principio el reclamo para visitar Lugo en esas fechas era la feria, la fiesta ha adquirido tal proporción y fama que se ha convertido en un reclamo turístico de primera magnitud para la ciudad amurallada. Durante el “Día de Ferrol” se dedican actos especiales a la corporación municipal y a los visitantes ferrolanos, pues viene de muy lejos el peregrinaje a Lugo, desde Ferrol y A Coruña, de miles de personas para disfrutar de las fiestas. Además de gallegos y de visitantes de las provincias limítrofes, el origen de los que se acercan en estas fechas es universal. En los días previos al inicio de los festejos, comienza la instalación de iluminaciones especiales. En la primera noche de los festejos tiene lugar el estreno de este espectáculo que es anunciado por los medios como uno más de los actos festivos de modo que se facilite la concurrencia de público; igual atención merece el encendido de las luces en los días siguientes. Durante décadas, sólo funcionaba durante las horas en que se celebraban el paseo y las verbenas nocturnas de modo que la luz festiva servía de alguna forma de cronómetro de la duración y desarrollo de estas actividades. La instalación del alumbrado eléctrico supuso en este sentido un importante avance al permitir un funcionamiento más seguro y una mayor duración del espectáculo que progresivamente va ocupando más calles e ilumina la ciudad hasta el amanecer. La iluminación de la ciudad durante los actos nocturnos se completa con espectáculo pirotécnico. Lugo cuenta, al igual que el resto de Galicia, con una importante tradición, pues los fuegos de artificio eran ingrediente imprescindible de las grandes celebraciones que organizaba el Ayuntamiento, sobre todo cuando se celebraban las proclamaciones reales. Era, por tanto natural, que se integrasen en el programa festivo de San Froilán. Las funciones pirotécnicas, que siempre han sido del agrado del público, son esperadas por la prensa y el público, procurando ofrecer en cada momento la mayor vistosidad. La Muralla romana cobra especial protagonismo al convertirse en el escenario ideal en el que se congregan miles de personas para contemplar los fuegos. Aunque la Comisión de Fiestas, con el Ayuntamiento al frente, es el principal impulsor de los festejos, a lo largo de estos dos siglos de celebración toda la sociedad lucense ha colaborado, de una u otra manera, en su desarrollo. Es en la organización de eventos culturales y deportivos en donde más se evidencia esta actitud participativa de personas y entidades de la ciudad que desean poner su granito de arena en los días grandes de Lugo. En efecto, todo tipo de instituciones y asociaciones locales promueven actividades que complementan la iniciativa municipal. Organizan espectáculos en las calles, desfiles, marionetas, teatro, confrontaciones deportivas, exhibiciones aéreas, certámenes literarios, conciertos... El entretenimiento y la diversión no han faltado nunca a su cita anual con las Fiestas de San Froilán y son todos los lucenses los que más se vuelcan en ello. Desde el siglo XIX el programa de fiestas han contando con competiciones deportivas; algunas de ellas, que nacieron como iniciativas del Ayuntamiento o de aficionados para promocionar el deporte local, se han consolidado con el paso del tiempo hasta adquirir renombre más allá de las fronteras gallegas. Antológicos son el Rallie San Froilán y el campeonato de piragüismo "Copa del Miño", que tienen sus orígenes en el primer cuarto del siglo XX.

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