domingo, 23 de noviembre de 2008

CARLOS PENELAS: POETA ARGENTINO-GALEGO

Los trasterrados
A Pedro Penelas y Tomas Abad, mis abuelos

No preguntaron nada.Vinieron en los barcos del hambre y la tristeza,traían calderos, baules, rezos.Viajaron desde el bosque sobre el mar de la noche.Campesinos absortos, insurrectos.Eran hijos de viejos labradores,de fraguas y neblinas,de encinas que engendraron los dioses del destierro.Cantaban en secreto un idioma de lluvias.Venían con los ojos desplomados del alba,con los oleos antiguos de los templos,con las voces desnudas.Sin capa, sin espada, sin gloria.Llevaban la ceniza en pobres escudillas,el luto por herencia, el olor de los huertos.Y lunas que bordaron mujeres encorvadaso señales intactas en perdidas aldeas.Traían chaquetones, mantillas, linos, panas.Recordaban las piedras de montes con olivos,la brisa de los aparecidos,el hechizo de las llamas en la piedad del lecho.La cripta, el olor del mirto, la madera.No preguntaron nada.Abrian las ventanas, lavaban las cocinas,renovaban coraje en sus fotografias.No sabian escribir ni leer ni mentir.Eran de un linaje misterioso, de un perfil delicado.Ofrendaban soledad, inocencia, belleza.No conocian museos ni heroes.No sabian de libros, de patrias, de banderas.Protegian sus santos con ajos y albahaca.Se ocupaban de las cosas comunes:del trabajo, del pan, de los hijos.No expresaron fatiga ni dolor. Morian en silencio.Llevaban en la sangreel honor, la palabra, la brisca.Bebian vino tinto. No reclamaron nada.Caminaban el tiempo de otro tiempo.Supieron comprobar lo efímero en miradas sagradas.Fueron los reyes de mi infancia.Sin marmoles ni bronces ni castillos.Hoy evoco sus nombres, sus memorias, sus suenos.No preguntaron nada. No pregunto nada. Camino.Buenos Aires, enero de 1995.De "El mirador de Espenuca" (Buenos Aires, 1995, Torres Aguero Editor)

1 comentario:

Aurora García Rivas dijo...

Hace algunos meses tuve el honor de presentar a Carlos Penelas en el Ateneo Obrero de Gijón. Un entrañable encuentro (en segundo en Gijón) con este excelente poeta porteño al que conocí cuando fui a presentar algunos libros míos a Buenos Aires, al Centro Asturiano y al Centro Betanzos. Su origen, Espenuca, tiene un gran peso en toda su creación literaria. Es además, un excelente crítico y un muy buen analista de los problemas de su país. Con su esposa Rocío viajan con los libros a cuestas y tienen un gran apego a Galicia. De paso, cuando vienen, nos visitan en Gijón.